El coronavirus como un catalizador para la sociedad civil global

Carnegie Europe, organización europea que realiza investigación en materia de asuntos internacionales, da cuenta que la pandemia está cambiando la relación entre los Estados y las sociedades, mientras que ha actuado como un poderoso catalizador para las organizaciones de la sociedad civil.

 

A través de un documento que compila casos de distintas regiones y países del mundo publicado en diciembre de 2020, Carnegie Europe manifiesta que la crisis del coronavirus ha abierto nuevos espacios para que las organizaciones de la sociedad civil (OSC) desempeñen roles prominentes y profundicen su presencia en las sociedades locales. En términos de las formas en que la sociedad civil se ha expandido en las sociedades, los casos recopilados dan cuenta de tres niveles de activismo cívico relacionados con la crisis del coronavirus. 

 

Primero, las OSC han asumido un rol activo en la atención de la emergencia y en el manejo de los efectos de la pandemia. En algunos países, la sociedad civil ha tomado un rol protagónico para actuar ante los vacíos existentes producto de la negligencia de los gobiernos. En otros países, los gobiernos han tomado medidas de amplio alcance, en cooperación constructiva con la sociedad civil.  Este nivel de activismo ha ayudado a los actores de la sociedad civil, en muchos lugares, a ganar mayor prominencia e incluso a renovar su legitimidad en sus sociedades locales. 

 

En un segundo nivel, las OSC han impulsado una forma más confrontacional de activismo cívico, agudizando la supervisión que ellas ejercen sobre las autoridades. Si bien las medidas de emergencia han infringido las libertades básicas de la ciudadanía en muchos países, también han desencadenado nuevas iniciativas de monitoreo para mantener a los gobiernos bajo estricto escrutinio en la forma en que usan su poder. Esto, también se ha enfocado en la eficacia de la gobernanza de las respuestas a la crisis y de las medidas para reducir sus impactos. Los gobiernos que han sido mal evaluados en estos aspectos también han estado sujetos a una presión más aguda por parte de la sociedad civil. 

 

En un tercer nivel, la crisis ha impulsado a la sociedad civil organizada a presionar con más fuerza por un cambio radical en los modelos sociales, económicos y políticos. A medida que ha alzado con fuerza su voz en contra de medidas restrictivas por parte de los gobiernos, también ha comenzado a movilizarse de manera más proactiva por una reforma importante de los modelos sociales y económicos. Este es, hasta ahora, el menos prominente de los tres niveles de activismo que ha surgido a partir del coronavirus; sin embargo, podría llegar a ser el más significativo a largo plazo.

 

El equilibrio entre estas tres dinámicas varía drásticamente entre países. Mientras que en algunos países los gobiernos han redoblado sus ataques en contra de las OSC, en otros lugares el sector ha encontrado formas de participar y cooperar en la toma de decisiones pública. Una pregunta importante es cómo se relacionan estos diferentes niveles de activismo cívico, tanto en la crisis inmediata, como en el período de recuperación a  largo plazo. 

 

Cabe destacar que muchas organizaciones sociales enfrentan el desafío de cooperar con las autoridades para trabajar en la recuperación, mientras intentan mantener sus posiciones sobre temas políticos, cuestionándose cada vez más sobre hasta qué punto sus nuevas “identidades pandémicas” pueden coexistir con sus identidades anteriores en cuanto a asuntos políticos. En este sentido, la sociedad civil global puede estar en una fase de ajuste con variantes significativas: cierto activismo se convertirá en algo más práctico y arraigado en la comunidad, mientras que otro tipo se politizará de forma abierta. 

 

El documento se encuentra en el siguiente enlace (en inglés).

 

Fuente del comunicado: https://carnegieeurope.eu/2020/12/07/coronavirus-as-catalyst-for-global-civil-society-pub-83138